La actividad física para los perros es una necesidad básica, una forma de fortalecer sus instintos.

Como todos sabemos, el ejercicio físico es un estímulo no solo para el cuerpo, sino también para la mente. Es fundamental evitar el estrés que se puede desarrollar por estar solo o encerrado por largos periodos de tiempo.

La cantidad adecuada de ejercicio para nuestro perro siempre depende de su raza, edad y de la existencia de alguna enfermedad, pero debe formar parte de la rutina de nuestro patudo.

Otro factor muy importante es la regularidad. Para el buen desarrollo de nuestro animal, debemos establecer una rutina constante y diaria.

Descubre 4 beneficios de la actividad física en nuestros perros.

Se mantiene en forma y saludable

Para la salud canina, la actividad física es fundamental.

La obesidad canina, las dificultades cardiorrespiratorias y la predisposición a la diabetes son enfermedades que han aumentado. El ejercicio físico ayuda a prevenir enfermedades precoces y a prolongar la longevidad.

Además, fortalece los músculos, mejora la circulación sanguínea y provoca una mejor oxigenación de los tejidos, ayudando a limpiar las células de toxinas. Esto hace que el perro esté más relajado, tranquilo y feliz.

evitar el estrés

Los signos de estrés e inestabilidad en el perro se perciben a través de comportamientos poco naturales.

Cuando nuestro perro se vuelve más agresivo, ansioso, deprimido o no permite que otras personas se acerquen al dueño, puede estar bajo estrés.

Comer tus propias heces o perseguir tu propia cola son signos de acumulación de energía.

El ejercicio alivia a los perros de la tensión y el exceso de energía.

Fortalece los lazos y aumenta el respeto por el propietario.

Los perros que hacen ejercicio con más regularidad con sus dueños tienden a ser más cooperativos, aceptando mejor las órdenes y el entrenamiento de obediencia.

Los paseos hacen que nuestro perro aprenda a respetar la jerarquía establecida, fortaleciendo la relación entre nosotros y nuestros patudos.

Él necesita confiar en nosotros. Al guiar al animal por las calles, uno al lado del otro, y no dejarlo pasar ni desviar su atención del paseo, nuestro perro aprende a respetarnos.

Construye buenos hábitos y evita el comportamiento destructivo.

El ejercicio físico crea buenos hábitos en nuestro perro.

Si nuestro amiguito empieza a respetarnos más, tiene tiempo para comer, hacer ejercicio y jugar, será más fácil educarlo.

Y lo mejor es introducir estos hábitos desde pequeños.

Los ejercicios consumen la energía del perro y estimulan la mente, evitando que nuestro perro muerda y destruya muebles, ropa, puertas, jardines y paredes.